RECONOCIMIENTOS Y SEMBLANZAS

 

Cuando decidí compartir mis reflexiones sobre el valor de la amistad en situaciones específicas, basado en lo que he visto y recibido de personas cercanas a mí, reconocí que podría ser tachado de “adulador” o “interesado”. Sin embargo, opté por superar ese miedo y compartir públicamente mi reconocimiento hacia aquellas personas que, sin duda, tienen un gran valor y han mostrado un fuerte sentimiento de amistad hacia mí y muchos otros en su entorno.

Quiero disculparme con ellos por mi atrevimiento al revelar mi íntima percepción de sus calidades humanas.

 

 VICENTE PÉREZ SILVA

Quizá uno de los honores más grandes que he vivido, es creerme amigo del Doctor Vicente Pérez Silva. Él es simplemente un sabio.  Lo conocí a temprana edad cuando visitaba a mi padre en el Diario La República.

Fui advertido, desde un primer momento, que estaba ante uno de los mayores eruditos del país, luego confirmé no solo ello, sino que es  uno de los más refinados cultores de nuestro idioma.  Sus escritos tienen el pulimento, la dulzura y la inteligencia que solo producen los verdaderos literatos.

Más adelante conocí a su esposa, una encantadora profesora que al terminar sus estudios, decidió hacer sus prácticas en Popayán a donde viajó por considerarla una ciudad segura y culta y fue allí donde  conoció al, en aquel entonces joven abogado, amante de las letras, y de conocimientos desbordantes.  Supe también –el mundo a veces parece pequeño–, que estando el Doctor Pérez Silva desempeñándose como juez en apartado municipio del sur del país, fue visitado por un andariego judío que le vendió un radio, se trataba de Don Simón Guberek, quien con el paso de los años llegó a ser un importante industrial y escritor, a quien tuve también la enorme fortuna de conocer como amigo que fue de mis padres y yo despues compartir con algunos de sus nietos.

De las amistades del  Doctor Pérez Silva podemos decir que  son muchas, las cuales van desde “nuestro señor Don Quijote” de quien es conocedor como pocos, a más de ser coleccionista avanzado de ediciones de la obra. Perez Silva trabó amistad con La Celestina la de Calisto y Melibea a quienes siempre ha frecuentado y por tanto es también conocedor a fondo de la obra del bachiller Fernando de Rojas, o su profundo nexo con mi tocayo Francisco de Asís, del cual es igualmente estudioso de su obra y  la obra de sus discípulos.

Tratar con cierta confianza a alguien que ayudó a orientar el destino del Instituto Caro y Cuervo, que tuvo el valor de declinar la designación en la Academia de Historia cuando esta quiso poner límites, que no correspondía,  que ha manejado el ejercicio del Derecho al más alto nivel, que es autor de decenas de libros que enriquecen la literatura colombiana, quien es uno de los más destacados ensayistas de Latinoamérica, en fin, es de verdad, un privilegio que el destino inmerecidamente me regaló esta amistad que espero cultivar siempre.

ÁNGELA MARÍA MEJÍA GUTIERREZ

En la vida me he cruzado, por fortuna,  con muchas personas que tienen en gran estima el valor de la amistad, pero pocas como Ángela María.  Ella si es amiga “para las que sea”.  Siempre está allí atenta a las circunstancia de quienes la rodean.

Para ella es importante desde la fecha del cumpleaños, hasta apoyar a alguien que padece una enorme  crisis de salud,  y atiende con igual esmero la necesidad intelectual por encontrar una información que está escrita en sanscrito o en  vietnamita, o la consecución del dinero para que una amiga adquiera su propia vivienda.

Ángela María dice ser libra, pero parece escorpión. Ha viajado por el mundo, siempre dando su amistad, su presencia imponente, su seguridad en las decisiones, su tenacidad ante las empresas que se propone, grandes o chicas, llegando hasta la terquedad.

La he visto ser amiga de poderosos y de humildes, de niños y de ancianos, de descreídos y hasta de fanáticos, a nadie adula, a todos sirve en la medida de sus posibilidades, que no son pocas por ser ella bien recursiva, en fin, Ángela María es el motor a veces silencioso y limpio y en otras el motor que ruge  y truena, pero siempre impulsando los  propósitos mas disímiles  referentes a buenas causas y particularmente las de sus amigos.

Amiga de sus familiares, de sus subalternos, de sus colegas, de los extranjeros y de los paisanos, de los estudiantes y de los profesores, tanto del que es sabio y silencioso como del atorrante que no camina sino que levita,  sin dudarlo, hay que reconocer que quien se acerca a ella, como he tenido el privilegio, encuentra siempre a la mas firme, leal y sincera amiga, presta a servir, se codea con poderosos y humildes dándoles similar trato,  virtud que la engrandece aún más.   En efecto, los poderosos ven en ella una profesional eficiente y ella nunca pretende a cambio nada diferente que su reconocimiento como mujer emprendedora que es.  Creo que mi amistad con Ángela es perpetua, eso espero y eso siento, y sé que muchos que hemos tenido la suerte en la vida de cruzarnos en su camino, aspiramos a tenerla cerca siempre.

ABRAHAM GERMÁN GUTIERREZ ACEVEDO

Recuerdo  que éramos adolescentes cuando muy maltrecho, con moretones y heridas apenas cicatrizando, Germán se acercó a mi casa para devolverme unos libros que le había prestado de la amplia biblioteca de mi papá. Él se los había llevado a Pereira, donde estudiaba medicina. Cuando lo vi en tan deplorables condiciones solo atiné a preguntarle que cual era el afán por devolver los libros, pues por la radio y la televisión habíamos tenido noticia de que él era una de las víctimas fatales de un bus que se fue a un precipicio, accidente que dejó no pocos heridos y varios muertos, entre los cuales, por error,  lo mencionaron a  él.   La respuesta no se hizo esperar:  “…perdí la maleta, mi salud, pero del profundo abismo logré rescatar los libros que me prestó y con ello me doy por bien servido.”  Así es Germán, un valiente y desprendido guerrero y luchador de abstrusas causas.

Lector incansable, médico responsable, abierto a las ideas, respetuoso del pensar divergente.  Amante de la justicia social, al extremo de comprometerse más de lo esperado para un hijo de la burguesía  –también lo fue el padre Camilo Torres y casi todos los líderes revolucionarios que en el mundo han sido–, pero ante todo, Germán es el amigo firme y leal.

Como lector, que es su segundo oficio después de la medicina, aborda con propiedad los mas variados temas, tañe la guitarra para agradar a sus contertulios, compró casa de campo para invitar a sus amigos, a sus pacientes los trata como si fueran conocidos de toda la vida aun cuando acabaran de acercarse por primera vez  a su consulta,  pero sobre todo hay una virtud que brilla en un hombre de tan dilatados quilates, que es el más sencillo que uno puede encontrarse.  Él mismo no se cree que es un erudito, el mismo no acepta que es un filántropo, cuando es innegable su gran vocación de servicio, él no se da cuenta que está dando lecciones de sabiduría a cada paso, gracias a ese modo de ser  descomplicado, que sin duda lo adorna.  Incluso a veces se pregunta él, me consta,  por qué su gran éxito con las mujeres, y no es para menos, ellas, que tienen un sexto sentido, captan fácilmente que Abraham Germán tiene en su seno, un corazón gigante.  Gracias Germán por permitirme siempre, contarme al lado de Garay, de Calvache, de Chona, de Márquez y de Balmes como uno más de sus muchos amigos.  Siempre presente.

MARTHA CECILIA VILLEGAS RESTREPO

MARTHA CECILIA VILLEGAS RESTREPO, hija de Elvia Restrepo Ángel y Hernán Villegas Jaramillo, recordados tios que ya pasaron a otro plano, siempre está atenta a sus amigos y familiares para participar en los eventos sociales o acudir a auxiliar las necesidades o preocupaciones que les afana y auxiliarles en la medida de sus posibilidades, a veces más de lo debido.

Tiene como profesión la bacteriología (bacterióloga de la Universidad Católica de Manizales) y la Microbiología Médica, fue una de las primera (o la primara) micología del departamento del Quindío . Formada bajo la importante orientación de la doctora Ángela Restrepo Moreno quien dirigíera la Corporación de Investigaciones Biológicas —CIB— de la Universidad de Antioquia, donde Martha Cecilia compartió con otros científicos por mas de un año en Medellín, por allá en los años noventa y se especializó en la Universidad Javeriana en Microbiología Médica.

Ejerció Martha Cecilia con éxito durante muchos años la bacteriología y la micología, y por supuesto la ciencia la sigue inquietando.  Y es que no sólo las ciencias biológicas la apasionan, también la literatura universal, la plástica, no mucho la informática y la política del momento, pero si la historia de la humanidad, la filosofía, los idiomas y mucho, ¡muchísimo¡, la música.  Es una mujer universal, a quien nada del conocimiento humano le es indiferente.

Su residencia en Armenia (Quindío), si bien es la base de su actividad, no deja de ser una morada más, pues buena parte del año lo dedica a visitar lugares en cualquier confín del mundo, exóticos algunos, otros no tanto, pero de todos trae inquietantes conclusiones.

Tiene siempre tiempo.  Sabe manejarlo como pocos.  Piensa en positivo y está lista para darle amor primeramente a Pily y Carolina, sus hijas, también mujeres maravillosas y después, con amplia generosidad, a todos los que la rodean.

No duda en sacar tiempo para estudiar otras posibilidades del trascender del espíritu.  Ello le permite tener siempre palabras acertadas para calificar cualquier situación y tener una actitud alegre y comprensiva en todo momento.

Martha Cecilia sabe muchas cosas….. Olvida pocas…. Reflexiona todas… Sigue siendo la buena estudiante que se destacó en el colegio (El de las hermanas Betlemitas de Armenia, entre otros) y en universidad, sólo que ahora lo hace discretamente en medio de la intensa vida social que le permite conocer su entorno, el de los demás y los avances del conocimiento en general…. Es una chica así, activa, alegre, comprensiva.

Si que he lamentado no haberla conocido antes, hubiera podido disfrutar de su ingenio, disciplinas  e inteligencia mucho antes… pero bueno, el destino tiene señalados sus momentos y esos incomprensibles e insondables designios me han permitido llegar a ella, posiblemente en el momento adecuado para observarla y compartir de su limpia y sincera amistad, que no llegó tarde, sino en la oportunidad que correspondía según los insondables designios de la providencia.

LA DOCTORA ZANDRA ROCHA GUTIERREZ

La conocí como contraparte en un delicado proceso judicial. Fue leal a su causa hasta el final. Tuvo eso si la hidalguía de permitirme conocer algunas de sus actuaciones al momento en que las radicaba ante los estrados judiciales, lo que después la ley, en la época de la “pandemia” lo tornó obligatorio para todos los abogados, vale decir que ella se adelantó como veinte años a la norma que impuso la ley 2213 de 2022.

Luego descubrí que tenía un especial deleite por el estudio. Que asumía un tema y podía profundizarlo hasta los mínimos detalles, como sólo lo hacen los científicos y a fe, que ella es una científica de las ciencias jurídicas.

Con el tiempo mostró una faceta inesperada, y fue su especial ternura por gatos y perros a los que al lado de su hija María José, han dedicado esfuerzo y actividad como no lo harían veterinarios dedicados a las criaturas pequeñas.

GRACIELITA MOLINA

Hija de un militar de orígen alemán, quien fue veterano de la Guerra con el Perú. Dedicado despues a levantar con rigor sus hijos (siete chicas y un varón), el General Gabriel Molina lidera el cultivo del arroz en el Huila, particularmente en Campoalegre. Supe de Gabriel Molina, hijo, periodista de provincia, único hermano de Gracielita, un quijote que en épocas difíciles supo vivir del periodismo, dirigiendo, redactando y vendiendo la pauta publicitaria de su medio escrito de comunicación: Vanguardia Agraria. Fue un líder social, que los académicos del Huila aún recuerdan muy positivamente.

Gracielita, recuerda como llegó a Bogotá a estudiar, cumpliendo las estrictas ordenes de su padre, con su pinta de alemana y la alegría que sólo irradian las huilenses, conquistó a la capital de la República, pero no dudó en salta a Cali, cuando una de sus distinguidas hermanas, recien casada se radica allí, la vida la llevará luego a Barranquilla, a los LLanos Orientales y Colombia le queda corta, va a parar al muy distinguido barrio La Herradura de Madrid o a Ginebra o a alguna ciudad de Alemania o de Italia, donde vive como si fuera oriunda de esas tierras. Ciudadana del mundo. Ahora no duda en visitar Miami cada vez que se aburre del clima bogotano.

Charlar con Gracielita Molina es un deleite para el espíritu: dueña de una gran cultura universal, memoriosa de los lugares que ha visitado, de la historia pátria (apenas natural, hija de un héroe de la guerra y hermana de un gran luchador por los derechos de los agricultores opitas), ella regala sonrisa a todos aquellos que tienen la fortuna de acercase a su arrolladora personalidad.

A su lado, con sabia prudencia, está su esposo, el publicista Eduardo Santos, quien sabe de sus valores y disfruta a su lado de la vida social que ella lidera entre amistades de todas las clases sociales, pues para Gracielita no hay distingos de estratos, ella valora la amistad como ninguna. Por eso las empleadas de muchas entidades la aprecian, la disfrutan, “la aman” y la defienden.

JOHN RAFAEL VARGAS ACOSTA

No se amedranta ante nada, mucho menos ante la cordialidad, que siempre la tiene a flor de piel. Incansable, activo, sociable, perseverante, bondadoso, cariñoso como pocos, ese es JOHN VARGAS. Nacido en Fómeque, hijo de agricultores, vocación que no ha perdido. A pesar de haber pasado por actividades como la de taxista en Bogotá, modisto y conservar con cariño los equipos de manejo de telas, profesor de colegio, pues se formó como bachiller normalista, se hizo economista mientras trabajaba en el sector financiero, pero cuando vio en la empresa familiar de asesorías contables que se requería de un contador mas, no dudó en matricularse para hacerse tal y lo logró pronto. Cuando el médico le señaló que estaba pasado de peso, solucionó el problema volviendo al azadón y logró darle de éste modo salud a su organismo.

Se casó con una mujer emprendendora como pocas, siempre atenta a cumplir con sus deberes como reconocida contadora pública, como él capricornio, atenta con sus clientes a quienes sabe orientar en los delicados vericuetos de lo tributario y contable. Contadora estricta pero con la aelegrìa que adorna a las familias tolimenses y del mismo signo zodiacal armonioso, lograron constituir un hermoso hogar de donde fueron frutos una chica y un chico que, como era de esperar son responsables, laboriosos, estudiosos y hermosos.

Por todo eso no sorprende que JOHN está siempre presto a socorrer a quien lo necesita. Toma los deberes de losdemás como propios. y desde ajustar las bases de una cortina descompuesta, coger el hilvan de una prenda o hacer el análisis jurìdico de un proceso judicial, lo he visto y me consta, él siempre será el hermano, el amigo, el padre, el esposo, el asesor empresarial el analista.

Qué grato es saber que tenemos cerca personas como John, que se han dado a si mismos una elevada capacitación, para entregar a los demas lo mejor de si mismos sin recato alguno. Mis respetos apreciado cuñado.